Los indios Hopi viven actualmente en una reserva india en Arizona. Su historia, emparentada en la lejanía de los tiempos con los antiguos mayas, se traspasa de generación en generación por transmisión oral.
En Arizona está la reserva del pueblo Hopi, una tribu de indios norteamericanos derivada de antiguas tribus de Mesoamérica. El investigador Erich Von Däniken, en compañía de Joseph F. Blumrich, por entonces director del departamento "Proyectos y Construcciones" de la NASA, visitó en 1970 al jefe Oso Blanco, un anciano miembro del clan Coyotes y del tribunal tribal. El les mostró en un barranco varios dibujos y garabatos rupestres que son ocultados a los forasteros y que documentan la historia de su pueblo.
Al igual que ocurre con aztecas y mayas, la historia de los hopi conoce cuatro edades del mundo, y el tiempo en que vivimos nosotros es la cuarta edad.
Hace varios milenios, los antepasados de los hopi vivían en un continente en el Pacífico que llamaban Kasskara. Entonces estalló una guerra con otro continente y Kasskara empezó a hundirse en el océano. Para emigrar a otro lugar, recibieron la ayuda de los katchina, que significa "sabio ilustre y respetado", una élite con la cual se había relacionado siempre su pueblo. Eran seres corporales del planeta Toonaotekha, que distaba mucho del Sistema Solar propio, lo cual no les impedía hacer visitas regulares a la Tierra.
Los katchina conocían tres categorías de sabios: los productores, los maestros y los guardianes de la ley.
Los primeros, coincidentemente con otras leyendas, creaban de forma misteriosa diversos seres humanos. Nunca hubo contacto carnal. Las mujeres elegidas quedaban encintas sin intervención de sus maridos. Lo mismo afirman el Popol Vuh, la crónica básica de los quiché-maya, y la Biblia cristiana. Algunos de estos "creados" eran seres de gran sabiduría e inteligencia, "siempre dispuestos a ayudar y nunca a destruir".
Durante la emigración de los hopi, los katchina utilizaron para ayudarles tres métodos: "escudos volantes", o vehículos celestes de los dioses, fueron utilizados para sacar a la clase dominante y organizadora para preparar la nueva tierra (Sudamérica); "grandes pájaros" para el transporte masivo y finalmente lanchas, canoas y otras embarcaciones que los katchina guiaron de isla en isla evitándoles desviaciones de rumbo.
En los dibujos rupestres de Oraibi, la colonia más antigua de los hopi en Arizona, se ve una mujer sentada en un escudo abombado hacia arriba, y debajo una flecha con plumas que significa "velocidad".
Al llegar al nuevo continente, los indios se multiplicaron, formaron tribus y se separaron en clanes. Algunos emigraron hacia el norte, entre ellos los antepasados de los hopi, quienes recibieron este nombre al llegar a Oraibi y ser aceptados allí. A su vez los hopi formaron nuevas tribus que se establecieron en la alta montaña y la selva virgen, de forma semejante a los aztecas e incas.
La tradición hopi habla de la ciudad Palátquapi (tierra roja) que sus antepasados erigieron en Centroamérica y que figura como centro de las ciencias. Palátquapi tiene un edificio de tres plantas que servía para la enseñanza. Se llega a él por una escalinata en la que cada peldaño equivale a un grado más alto del saber. En la planta baja se aprende la historia de su pueblo, en la primera Historia Natural, incluida la composición de las materias (química) y el respeto a la naturaleza, reverenciada en las ceremonias hopi junto con el poder del ser deifico.
En el tercer piso se enseña Astronomía, con todos los pormenores del Sistema Solar. "Sabían que la Tierra es redonda, que una arena extremadamente fina cubre Marte, que no hay vida en Venus, Marte y Júpiter".
Los katchinas impartían la enseñanza.
En la ciudad maya de Palenque se alza un gigantesco edificio de tres plantas llamado El Palacio. Ocupa una posición central y presenta aulas de distintos tamaños, hay "agua corriente" y numerosos retretes de piedra. Una torre de singular construcción bien podría haberse dedicado a la observación astronómica, y bajo tierra existen galerías también con agua corriente y sistemas de ventilación que podrían haberse dedicado a laboratorios de química.
El nombre de Palenque le viene a la ciudad por su proximidad a la aldea de Santo Domingo de Palenque, de donde parten las expediciones para su exploración desde el siglo XVI y actualmente las de turistas. De ser cierta la transmisión de Oso Blanco, los indios habrían transmitido el vocablo a los españoles, que adaptaron Palátquapi a su lenguaje, dejándolo en Palenque. Según el jefe indio, allí los dioses vivieron entre los hombres, lo que explicaría la ausencia en Palenque de las acostumbradas estelas pétreas que los mayas realizaban para recordar a los dioses. ¿Para qué recordarlos si aún estaban entre ellos? También podría explicar la existencia en los glifos de la ciudad de fechas que se remontan a miles de años antes de la existencia del pueblo maya: ¿acaso momentos señalados de aquel remoto éxodo?
Según la historia del jefe hopi, la vida en Palátquapi fue feliz durante siglos hasta que una explosión demográfica hizo necesario fundar nuevas colonias, se relajaron los lazos con la ciudad y se hicieron independientes.
La doctrina de los katchina se había diluido en la masa popular que apenas recordaban ya a sus mentores, quienes mucho antes habían abandonado las ciudades.
Las ceremonias religiosas perdieron fuerza y sentido, y cada tribu se obsesionó con su propia creación, originándose nuevos dioses e ídolos.Se fundaron nuevas colonias: el poderoso clan de la serpiente se estableció en Yucatán y los Osos y Coyotes lo hicieron mucho más al norte.
En Hoteville, aldea hopi de Arizona, se celebra aún en febrero la "ceremonia de la serpiente emplumada". Aún hoy, se reconocen en Tikal frescos y símbolos del clan hopi.
Los libros Chilam-Balam, fuente de la tradición maya, confirman lo dicho por Oso Blanco: "Este es el informe sobre el descenso de un dios, luego trece dioses y luego mil dioses, que ilustraron a los sacerdotes de Chilam-Balam, Xupán, Nauat…" y "Semjasa enseñaba… cómo se cortan raíces; Armargos, la anulación de los conjuros; Baraqel, la observación de las estrellas; Kokabeel, astrología; Ezeqeel, el estudio de las nubes; Arakiel, los signos de la Tierra; Samsaveel, los signos del Sol; Seriel, los signos de la Luna…"
En su reserva de Arizona, los indios hopi mantienen aún la costumbre de elaborar máscaras y muñecos que llaman katchina o kachina y que siguen estrictamente la forma de elaboración y los mismos "diseños" desde hace muchos siglos.
Estos objetos deberían por tanto dar una idea del aspecto de los modelos originales, los sabios que acompañaron a la tribu durante tanto tiempo.
Algunas de estas representaciones muestran claramente cascos o máscaras de aspecto altamente tecnológico.
Otras representan los llamados katchina voladores, ataviados con alas de plumas (posiblemente una representación "primitiva") y cascos integrales.
Sin embargo, otros presentan máscaras demoniacas o con forma de animales. Tal vez puedan interpretarse como personificaciones del carácter de los katchina originales, o bien como simple representación artística de una tecnología que escapaba a su comprensión
La doctrina de los katchina se había diluido en la masa popular que apenas recordaban ya a sus mentores, quienes mucho antes habían abandonado las ciudades.
Las ceremonias religiosas perdieron fuerza y sentido, y cada tribu se obsesionó con su propia creación, originándose nuevos dioses e ídolos.Se fundaron nuevas colonias: el poderoso clan de la serpiente se estableció en Yucatán y los Osos y Coyotes lo hicieron mucho más al norte.
En Hoteville, aldea hopi de Arizona, se celebra aún en febrero la "ceremonia de la serpiente emplumada". Aún hoy, se reconocen en Tikal frescos y símbolos del clan hopi.
Los libros Chilam-Balam, fuente de la tradición maya, confirman lo dicho por Oso Blanco: "Este es el informe sobre el descenso de un dios, luego trece dioses y luego mil dioses, que ilustraron a los sacerdotes de Chilam-Balam, Xupán, Nauat…" y "Semjasa enseñaba… cómo se cortan raíces; Armargos, la anulación de los conjuros; Baraqel, la observación de las estrellas; Kokabeel, astrología; Ezeqeel, el estudio de las nubes; Arakiel, los signos de la Tierra; Samsaveel, los signos del Sol; Seriel, los signos de la Luna…"
En su reserva de Arizona, los indios hopi mantienen aún la costumbre de elaborar máscaras y muñecos que llaman katchina o kachina y que siguen estrictamente la forma de elaboración y los mismos "diseños" desde hace muchos siglos.
Estos objetos deberían por tanto dar una idea del aspecto de los modelos originales, los sabios que acompañaron a la tribu durante tanto tiempo.
Algunas de estas representaciones muestran claramente cascos o máscaras de aspecto altamente tecnológico.
Otras representan los llamados katchina voladores, ataviados con alas de plumas (posiblemente una representación "primitiva") y cascos integrales.
Sin embargo, otros presentan máscaras demoniacas o con forma de animales. Tal vez puedan interpretarse como personificaciones del carácter de los katchina originales, o bien como simple representación artística de una tecnología que escapaba a su comprensión
DIOS: Ser sobrenatural, creador del universo y con poder absoluto sobre él.
EXTRATERRESTRE: Ser proveniente de un espacio ajeno al de nuestro planeta.
En principio, nada parece hacer incompatibles ambas definiciones. Por lo tanto, nadie puede decir que ambos términos no puedan ser combinados, que el concepto que los reúne sea imposible.
A partir de este punto, podemos examinar la posibilidad de que, efectivamente, los dioses no sean sino seres provenientes del espacio exterior.
No se pretende, porque no es necesario, que difundir la posibilidad de que los dioses tengan un origen extraterrestre suponga renunciar a la defensa de su credo ni de sus principios. Antes bien lo contrario. Creer que los principios que perseguimos provienen de una raza antiquísima mucho más evolucionada y experimentada que la nuestra debería dar fuerza y solidez a la defensa de esos ideales.
Naturalmente que no existen pruebas fehacientes de nada de lo que aquí se dice. Este artículo no pretende ser la demostración de estas teorías, sino tan sólo un medio de difusión de posibles alternativas a las también teorías que se admiten como ciertas por ser las asumidas universalmente y gozan del apoyo de los poderes establecidos.
De todos modos, y ya que en esencia no estamos hablando sino de religión, nuestras creencias son una cuestión de fe, y no de pruebas.
Es preciso aquí hacer una puntualizaciónpara poder aclarar que no pretendemos demostrar que todos los dioses venerados en la tierra tengan este origen.
La misma Biblia cristiana, una de las fuentes que manejaremos, describe cómo el pueblo elegido, Israel, se entregó en seguida a la adoración de dioses falsos. También en nuestro tiempo son notables y frecuentes los casos de "visionarios" que reciben la revelación de un ser deifico al que es necesario adorar. Con frecuencia, de una forma muy rentable para el profeta.
Comenzaremos revisando una pequeña parte de las teorías del científico suizo Erich Von Däniken, abanderado de estas teorías y miembro fundador de la Ancient Astrology Society. Durante décadas, este prolífico científico se ha dedicado al estudio de los legados de antiguas civilizaciones en busca de indicios de la presencia prehistórica de seres extraterrestres en nuestro planeta. Con el artículo Los Dioses Mayas revisaremos sus estudios de la civilización maya.
En segundo lugar nos acercaremos a la revisión que de las escrituras canónicas y de los evangelios apócrifos hace el prestigioso autor español J.J.Benítez, célebre y prolífico escritor sobre aspectos de ufología que alcanzó la fama por su serie de novelas "Caballo de Troya".
Con él examinaremos los vestigios que nos han llegado entremezclados con rituales, doctrinas y enseñanzas, y que han pasado a formar parte de nuestra cultura y nuestra religión disfrazados, convenientemente, de tópicos e imágenes poéticas.
Por último, pasaremos revista a un tercer testimonio. Si en el primer artículo examinábamos restos arqueológicos y en el segundo transmisiones escritas, en este tercer testimonio escucharemos una tradición hablada.
Es transmitida de generación en generación por los indios Hopi de Norteamérica, asentados en Wyoming y emparentados en su origen con los antecesores, aún desconocidos, de los Mayas de Mesoamérica. El norteamericano Joseph F. Blumrich dedicó diez años al estudio y revisión de esta tradición, a la que acercó también al suizo Von Däniken.
Kukulkán, llamado Quetzalcóatl por los aztecas y Tepeu Kukumaz en Yucatán, era el dios más importante, y su regreso era temido y esperado a un tiempo como tan importante que justificaba un inusitado interés por la astronomía, en espera de advertir cualquier cambio que pudiera avisarlo. Un "monstruo celeste" que visitaba la tierra a intervalos. Las tradiciones mayas, como las de muchos pueblos y culturas que representaban y veneraban a los dragones, hablan de una "serpiente voladora" que llegó del cielo, enseñó en muchas regiones a los hombres y luego regresó volando al lugar de donde había venido.
La tradición azteca dice de Quetzalcóatl que vivió con los indios cincuenta y dos años. Figuró como príncipe sacerdotal y creador de criaturas humanas, adquirió el aura de mentor, portador de cultura y mensajero vivo de los dioses. Era fornido y de gran estatura, tenía una frente ancha que dominaba su cráneo, sus penetrantes ojos estaban muy separados, llevaba barba y su voz podía oírse a quince kilómetros de distancia. Su desaparición se atribuye a dos versiones: o se quemó él mismo para trasladarse al lucero del alba (Venus) o se ha disparado hacia el cielo con las primeras luces después de prometer su regreso en un distante futuro. En cualquier caso, como veremos, el periodo de 52 años, sagrado para el calendario maya, tiene una significación muy especial.
Kukulkán apareció con otros semejantes en la noche de los tiempos vistiendo llamativos colores que los mayas intepretaron y representaron siempre como plumas del pájaro quetzal. Fue antes de que existiera nada sobre la tierra. Tras algunos experimentos desafortunados consiguieron crear un hombre nuevo. La tradición especifica que no fue generado, sino "fabricado" por medio de un acto mágico (¿alguien ve semejanza con la "creación" de Adán y Eva?). Los primeros hombres se llamaron Balamquitze, Balamacah, Mahucutah e Iquibalam y eran capaces de ver en la lejanía y advertir y comprender todo cuanto sucedía en la tierra, pero esta perfección puso sobre aviso a los dioses que les privaron de esas facultades (¿la pérdida del paraíso?).
El Popol Vuh, uno de los pocos libros mayas conservados, cita: "Y allí había muchos seres humanos oscuros y claros, humanos de muy variada condición, humanos de múltiples lenguas, era admirable oírles". Esto es excepcional porque los mayas desconocían la existencia de hombres blancos y negros: el descubrimiento de América Central fue posterior a la escritura del Popol Vuh.De ser cierta esta historia, los seres humanos habremos sido fabricados en el origen por obra de seres extraterrestres, al menos en lo que concierne a la adquisición del intelecto. Este es el célebre "eslabón perdido" que desde los tiempos de Darwin sigue intrigando a los científicos.
Palenque es una ciudad maya ubicada en el estado mexicano de Chiapa. Fue descubierta en 1773 y rápidamente saqueada en busca de tesoros.
Invadida y dominada por la selva, sus primeros exploradores fueron más aventureros que científicos, pero a algunos de ellos, en especial Jean-Frédéric von Waldeck, John Lloyd Stephens y Frederick Catherwood, se deben importantes testimonios y notables grabados de sus hallazgos.
Fue construida entre el 500 a.c. y el 600 de nuestra era, pero en ella se han encontrado, como en otros lugares de Mesoamérica, bajorrelieves de cabezas de elefante, un animal extinto en la región hace 12.000 años.
La ciudad es un conjunto de templos, canalizaciones subterráneas, colinas y plataformas artificiales. Sobre una pirámide de nueve pisos, con una altura de 16 m., se eleva el Templo de las Inscripciones en el que se conservan 617 jeroglíficos que dan nombre al templo.
El doctor Alberto Ruz Lhuillier, arqueólogo mexicano, fue encargado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia para dirigir las excavaciones en Palenque. El descubrió en 1949 bajo la pirámide la máxima sensación arqueológica de Mesoamérica.
En el interior del templo descubrió una pesada losa con doce boquetes emparejados. Al retirarla descubrieron una escalera descendente que había sido cegada con piedras y escombros.
Fue necesario excavar durante tres temporadas para poner al descubierto 67 peldaños. Luego se derribaron dos paredes y un muro de 4 metros de espesor hasta alcanzar un sarcófago con los restos de cuatro hombres y una mujer.
El 15 de junio de 1952, finalmente, llegaron a una puerta triangular. Tras ella, una amplia estancia estaba repleta de estalactitas formadas por el incesante gotear de la selva durante muchos siglos. La prisa de los descubridores no permitió conservar ninguna de ellas, lo que habría dado indicación sobre la antigüedad de la cripta.
La sala, de 9 m de longitud, 4 de ancho y 7 de altura, se halla dos metros bajo la base de la pirámide, y presenta en sus paredes una procesión de sacerdotes engalanados. Cubre el suelo una losa de 3,80 m de longitud, 2,20 de anchura y 25 cm de grosor que pesa unas nueve toneladas. Bajo ella apareció un sarcófago de 20 toneladas con los restos mortales de un hombre.
Se dice que el difunto es Pacal, un soberano de Palenque, pero resulta dudoso por las fechas en que vivió y la antigüedad de las ruinas. Además, de ser así la losa funeraria debería representar al soberano, mientras que los eruditos admiten que la figura que aparece es Yum Kox, el dios del maíz.
El hallazgo no puede visitarse en la actualidad, ni siquiera verse. Está protegida por una verja de hierro, una tela de metal que dificulta la visión y finalmente un grueso cristal permanentemente empañado.
Los artesanos de souvenirs fabricaban antiguamente réplicas de la losa, pero posteriormente les fue "recomendado" abandonar dicha práctica. En cualquier caso, Von Däniken dispone de una reproducción anterior de la cual presentamos algunas fotografías.
Las interpretaciones de la losa son variadas y, con frecuencia, gratuitas. El pájaro Quetzal, la cruz de la vida, una máscara del dios de la Tierra, la vida naciente, el Universo cuatripartito, serpientes bicéfalas, afilados colmillos, la máscara del dios de la lluvia…
Una figura del llamado dios Tlaloc fue encontrada cerca de la pirámide lunar en Teotihuacán, por lo que se decidió que la ciudad estaba dedicada a este llamado dios de la lluvia. Para apoyar la decisión, se aprovecharon los sistemas de irrigación de la ciudad que habrían sido un homenaje al dios en lugar de, simplemente, un sistema de riego. La figura de Tlaloc es declarada dios de la lluvia porque de su cuello cuelga una especie de cesto con muchos agujeros, de la cual gotearía la lluvia.Un templo de Teotihuacán se llama de Quetzalcóatl, cuando este dios era adorado por los posteriores aztecas, y no por los mayas constructores de la ciudad. Las denominaciones de Pirámide Solar, Pirámide Lunar, etc. son totalmente arbitrarios, como la mayoría de las denominaciones arqueológicas de Mesoamérica, por lo que no sirven más que para confundir.
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Invadida y dominada por la selva, sus primeros exploradores fueron más aventureros que científicos, pero a algunos de ellos, en especial Jean-Frédéric von Waldeck, John Lloyd Stephens y Frederick Catherwood, se deben importantes testimonios y notables grabados de sus hallazgos.
Fue construida entre el 500 a.c. y el 600 de nuestra era, pero en ella se han encontrado, como en otros lugares de Mesoamérica, bajorrelieves de cabezas de elefante, un animal extinto en la región hace 12.000 años.
La ciudad es un conjunto de templos, canalizaciones subterráneas, colinas y plataformas artificiales. Sobre una pirámide de nueve pisos, con una altura de 16 m., se eleva el Templo de las Inscripciones en el que se conservan 617 jeroglíficos que dan nombre al templo.
El doctor Alberto Ruz Lhuillier, arqueólogo mexicano, fue encargado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia para dirigir las excavaciones en Palenque. El descubrió en 1949 bajo la pirámide la máxima sensación arqueológica de Mesoamérica.
En el interior del templo descubrió una pesada losa con doce boquetes emparejados. Al retirarla descubrieron una escalera descendente que había sido cegada con piedras y escombros.
Fue necesario excavar durante tres temporadas para poner al descubierto 67 peldaños. Luego se derribaron dos paredes y un muro de 4 metros de espesor hasta alcanzar un sarcófago con los restos de cuatro hombres y una mujer.
El 15 de junio de 1952, finalmente, llegaron a una puerta triangular. Tras ella, una amplia estancia estaba repleta de estalactitas formadas por el incesante gotear de la selva durante muchos siglos. La prisa de los descubridores no permitió conservar ninguna de ellas, lo que habría dado indicación sobre la antigüedad de la cripta.
La sala, de 9 m de longitud, 4 de ancho y 7 de altura, se halla dos metros bajo la base de la pirámide, y presenta en sus paredes una procesión de sacerdotes engalanados. Cubre el suelo una losa de 3,80 m de longitud, 2,20 de anchura y 25 cm de grosor que pesa unas nueve toneladas. Bajo ella apareció un sarcófago de 20 toneladas con los restos mortales de un hombre.
Se dice que el difunto es Pacal, un soberano de Palenque, pero resulta dudoso por las fechas en que vivió y la antigüedad de las ruinas. Además, de ser así la losa funeraria debería representar al soberano, mientras que los eruditos admiten que la figura que aparece es Yum Kox, el dios del maíz.
El hallazgo no puede visitarse en la actualidad, ni siquiera verse. Está protegida por una verja de hierro, una tela de metal que dificulta la visión y finalmente un grueso cristal permanentemente empañado.
Los artesanos de souvenirs fabricaban antiguamente réplicas de la losa, pero posteriormente les fue "recomendado" abandonar dicha práctica. En cualquier caso, Von Däniken dispone de una reproducción anterior de la cual presentamos algunas fotografías.
Las interpretaciones de la losa son variadas y, con frecuencia, gratuitas. El pájaro Quetzal, la cruz de la vida, una máscara del dios de la Tierra, la vida naciente, el Universo cuatripartito, serpientes bicéfalas, afilados colmillos, la máscara del dios de la lluvia…
Una figura del llamado dios Tlaloc fue encontrada cerca de la pirámide lunar en Teotihuacán, por lo que se decidió que la ciudad estaba dedicada a este llamado dios de la lluvia. Para apoyar la decisión, se aprovecharon los sistemas de irrigación de la ciudad que habrían sido un homenaje al dios en lugar de, simplemente, un sistema de riego. La figura de Tlaloc es declarada dios de la lluvia porque de su cuello cuelga una especie de cesto con muchos agujeros, de la cual gotearía la lluvia.Un templo de Teotihuacán se llama de Quetzalcóatl, cuando este dios era adorado por los posteriores aztecas, y no por los mayas constructores de la ciudad. Las denominaciones de Pirámide Solar, Pirámide Lunar, etc. son totalmente arbitrarios, como la mayoría de las denominaciones arqueológicas de Mesoamérica, por lo que no sirven más que para confundir.
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Erich Von Däniken, por su parte, dice distinguir "un ser humano inclinado hacia delante, que lleva sobre la cabeza un complicado atavío de estructuración aparentemente técnica, del que surge, hacia atrás, una manguera de doble ramal (…) Este ser roza casi con la nariz un aparato, que manipula usando ambas manos (toca algo así como palancas o manivelas)" además, dice interpretar las formas debajo del hombre como llamaradas del cohete espacial, representado con la ingenuidad de un pueblo que no entendía nada de astronaves y las representó como buenamente supo, del mismo modo que las definía como serpientes voladoras o monstruos celestes.
En cualquier caso, que cada cual juzgue por sí mismo la interpretación que más le satisfaga
Los mayas disponían de unos conocimientos astronómicos muy avanzados para su tiempo. Los arqueólogos afirman que llegaron a ellos mediante observaciones milenarias. Pero al hacerlo parecen olvidar que el espacio geográfico y climatológico en que vivían los mayas no permitía la observación del cielo de una forma lo suficientemente precisa. La húmeda vegetación desprendía vapores que formaban una campana de bruma sobre la selva. Las densas nubes tropicales de lluvia impedían una visión clara del cielo por lo menos durante seis meses al año.
Se afirma que los sacerdotes mayas observaban el cielo desde la cúspide de las pirámides, cuando la realidad es que éstas fueron erigidas con posterioridad, ya que se basan en el calendario. Pese a ello, en el llamado Códice de Dresde, un escrito de origen maya, se exponen ciertos puntos de referencia que se repiten sólo cada 6.000 años.
En la antigua ciudad maya de Patinamit, sede de los indios cachiquel, el español Francisco Antonio de Fuentes escribió en 1700 que los jueces se reunían para pronunciar sus sentencias en torno a una sustancia reluciente que parecía vidrio pero cuya verdadera naturaleza era desconocida. Dichas sentencias debían ser consultadas con el oráculo: en un barranco del valle había una piedra negra y translúcida en cuya superficie se aparecía la divinidad y confirmaba la sentencia. Si no se aparecía, el acusado era inocente. El oráculo también era consultado sobre la guerra y la paz.
En la historia de nuestra civilización, los grandes astrónomos de todos los tiempos han realizado predicciones e interpretaciones que con frecuencia han resultado erróneas, pero en su época fueron publicadas y discutidas. Las observaciones mayas no cometen nunca un error y están presentes desde un principio y totalmente acabadas, como si les hubiesen sido dadas en lugar de llegar a ellas progresivamente.
Su aproximación a la órbita exacta de Venus daba un error de un día en 6.000 años. Su calendario era incluso más exacto que el nuestro actual. Sus tablas de eclipses se remontaban cientos de años atrás, y preveían con exactitud los que habrían de suceder después de cientos de años. En sus códices se estudian las órbitas de Marte, Júpiter y sus lunas, Mercurio, Saturno, Venus, la Luna, la Estrella Polar y las constelaciones de Orión, Géminis y las Pléyades. Además establecen los puntos de referencia de los planetas entre sí e incluso sus respectivas posiciones respecto a la Tierra. Cifras astronómicas de 400 millones de años y periodos sobre los años de Mercurio, Venus, Tierra y Marte con 135.200 días.
Y por supuesto todo esto sin telescopios ni objeto alguno de metal, como corresponde a un pueblo neolítico.
La mayor parte del legado escrito de los mayas fue destruido, sistemáticamente por los misioneros españoles en su afán colonizador. Montañas de códices fueron quemados para obligar a los infieles a mantenerse en la verdad que portaban los conquistadores.
El año de los dioses duraba 260 días terrestres, lo que supone una "coincidencia" muy significativa.
Los mayas operaban con el sistema vigesimal para sus matemáticas (nosotros operamos con el decimal).
Ellos conocían ya el concepto del número cero, algo que en el mundo occidental no se alcanzó hasta el año 700 d.c., en que los europeos lo adquirieron de los árabes, quienes a su vez la tomaron de los indios, a quien se lo habían enseñado los "dioses".
Su utilización permite la realización de operaciones aritméticas, algo que no permitía, por ejemplo, la numeración de los romanos.
El calendario maya no era menos complicado. Una intrincada combinación de números, nombres de dioses para cada uno de los veinte meses, y una segunda relación de 18 meses de veinte días daban por resultado una designación para cada día del tipo: 4 Ahau 8 Cumhu, 5 Imix 9 Cumhu, 6 Ik 10 Cumhu, que serían tres días consecutivos. Son necesarios 18.980 días para que vuelva a repetirse una combinación, lo cual supone 52 años, que es el ciclo del calendario maya.
Los mayas operaban con dos calendarios simultáneamente: el Tzolkin o año sagrado, año de los dioses, y el Haab, o año terreno necesario para conocer las estaciones del año y de la agricultura. Un ciclo del calendario maya puede tener 52 años terrenos con 365 días o 73 años deíficos con 260 días.
Para ajustar la duración de su calendario a la órbita real de la tierra (lo que nosotros hacemos añadiendo un día cada cuatro años), los mayas añadían trece días cada 52 años, para restar después 25 días cada 3.172 años. Esto daba por resultado el calendario más preciso del mundo.
Todos los calendarios tienen, necesariamente, un día cero desde el que parten. Después de muchos estudios y discusiones científicas, parece haberse establecido ese día para el calendario maya en el 11 de agosto de 3114 a.C.
Las distintas teorías oscilan en un plazo de 5.000 años para dicha fecha, pero todas coinciden en una cosa: que en esa fecha 0, no existía el pueblo maya. Algunos expertos afirman que es una fecha ficticia; otros, no se pronuncian. Von Däniken sugiere la hipótesis de que dicha fecha pueda ser la de la llegada de los dioses a la tierra. Una vez más, que cada cual juzgue por sí mismo.
Una teoría del doctor S. Kiesslling, de Aquisgrán, pretende explicar la finalidad de este complicado sistema de calendario. Según los glifos mayas, en el ciclo de tiempo sagrado (de 52 años terrenos o 73 deificos) ciertos dioses con nombres intrincados aparecían diez veces por el firmamento, y cada 52 años se temía el retorno de esas "espantosas criaturas". Esto es, una vez cada 5,2 años. El profesor Kiessling estudió las órbitas de nuestro Sistema Solar y descubrió que dicha fecha corresponde exactamente al periodo de rotación del llamado Planeta X.
Entre las órbitas de Marte y Júpiter existe una gran brecha en la que sólo existe el llamado Cinturón de Asteroides (más propiamente debería ser el Cinturón de Planetoides). Suponiendo que fuesen residuos de un antiguo planeta, éste habría dado una vuelta alrededor del Sol en 5,2 años, y ese sería el tiempo necesario para que dicho planeta volviera a estar en la situación óptima para un viaje desde él hasta la Tierra.
Y ese día, los mayas temían el regreso de los dioses.
Erich Von Däniken defiende, asimismo, que el año deifico de 260 días correspondía al año natural del planeta origen de los "dioses", que lo mantuvieron para regir sus existencias a la vez que se familiarizaron con el de la Tierra para, lógicamente, poder adaptarse a la vida en el nuevo planeta.
Según él, dichos visitantes podrían ser oriundos del llamado Planeta X, o haberlo utilizado como base para establecer una nave nodriza. O también podría haber desaparecido antes de su llegada, y ellos utilizar como base algún planetoide de tamaño suficiente. Los códices Mayas describen detalladamente determinados fenómenos que bien podrían corresponder al efecto sobre nuestro planeta de la explosión del cinturón de asteroides. Análogos a este relato existen muchos otros en la casi totalidad de las civilizaciones antiguas, incluido el diluvio universal del credo cristiano. (Su tratamiento podrá ser objeto de posteriores artículos en esta revista).
En Palenque se descubrieron ciclos mensuales de hasta 1.247.653 años. En palabras de Von Däniken: "Esos portentosos ciclos no tienen ya nada que ver con la Historia de la Humanidad. Los lapsos de centenares de miles y millones de años están reservados a los dioses".
A lo largo de 900 años, los mayas edificaron esta enorme ciudad ateniéndose estrictamente a los planes originales para dibujar un gigantesco mapa del Sistema Solar.
Ocupaba una superficie de 25 Km2 y su población era de 200.000 habitantes, con lo que era más grande que la Roma de los Césares. Su construcción debió comenzar hacia el 300 a.C. y terminó hacia el 600 d.C., cuando se habían levantado unos 2600 edificios importantes.
Lo más extraordinario desde el punto de vista arquitectónico es que durante todo ese tiempo, los constructores se atuvieron estrictamente a un único plan constructivo, unos planos que estaban fijados estrictamente desde el primer momento.
Hacia el año 650 debió sobrevenir una insurrección que tuvo como efecto una violenta destrucción de parte de la ciudad. Se desconoce el motivo de tal rebelión o si fue una invasión exterior, pero de inmediato se emprendió la reconstrucción de los edificios. Por fin, hacia el año 800, la ciudad fue abandonada excepto por algunos grupos de pobladores que terminaron emigrando o muriendo.
En la actualidad, las grandiosas construcciones no pueden dar una idea de lo que fueron en otro tiempo. La pirámide solar tiene unas dimensiones más grandiosas que la de Keops en Gizeh, pero le falta la capa de cal que cubría sus caras de mortero endurecido. Todas las pirámides y templos lucían colores exuberantes.
Hoy faltan los templos en las cumbres de las pirámides, la figura de piedra de tres metros de altura y 22.000 kg. de peso en la pirámide lunar y la recubierta de oro y plata en la solar que fue fundida por los conquistadores españoles.
Hasta 1983 se desenterraron 2.010 bloques de viviendas, dotadas de perfectas conducciones de agua y desagües. El orden de los establecimientos se establecía en función de la especialidad artesanal, entre las que destacaba la cerámica que llegaba incluso a Guatemala.
Los estudios realizados por René Millon mediante el uso de aerofotografías demuestran que la ciudad está claramente dividida en cuatro partes por el Camino de los Muertos y dos grandes calles transversales. 5.000 cuadrículas de distintos tamaños encuadraban las viviendas y los talleres, con calles que se cruzaban, siempre, en ángulo recto.
El ingeniero Hung Harleston hijo descubrió en la planificación de la ciudad una unidad de medida de 1.059 m, llamado hunab. Toda la ciudad está construida según esa medida.
Las pirámides de Quetzalcóatl, la lunar y la solar tienen 21, 42 y 63 hunab de altura, lo que da una proporción de 1:2:3. La arista de la pirámide solar equivale a la 100.000 ava parte del radio polar. Descubrió también cifras equivalentes al número pi y su función (Ludolph) y la cifra que representa la velocidad de la luz.
Troncos de pirámide y plataformas de la Ciudadela responden a los datos orbitales medios de Mercurio, Venus, la Tierra y Marte. Partiendo de la Ciudadela como centro, la posición exacta de cada uno de los planetas de nuestro Sistema Solar viene determinada por alguna construcción importante, algunos de ellos incluso fuera del perímetro de la ciudad.
Este modelo a escala del Sistema Solar incluía los accidentes naturales del paisaje, y fue fijado desde el primer momento, 300 años antes de Cristo. Nuestra civilización no descubrió Plutón hasta 1930, en que fue localizado por Clyde William Tombaugh en Arizona gracias a una búsqueda sistemática con fotografías telescópicas.
Toda la ciudad, con sus avenidas y sus edificios, está orientada con una desviación de 17 grados Este, de forma análoga a otros centros mayas, como Tula, Chichén-Itzá y Mayapán. Dicha desviación fue mantenida luego con las demarcaciones indias y hasta con las construcciones coloniales. La razón de esta desviación es la necesidad de integrar el paisaje en el modelo planetario de la ciudad, de forma que el Cerro Gordo indicara la dirección en que se representaran Neptuno y Plutón. Pero Teotihuacán estaba en ruinas antes de que empezara la construcción de las otras ciudades. ¿Cómo adoptaron el sistema de los 17 grados en lugares distantes 1000 km. en línea recta?
Se han hallado grabados en piedra en cerros y colinas distantes a veces 35 km. de la ciudad orientados en línea recta a la pirámide solar. Se supone que este tipo de marcas forman parte de un entramado que cubre toda Mesoamérica y llegan incluso al Norte de los Estados Unidos y Canadá.
En Durango, situada a 720 km. de Teotihuacán por el norte se han hallado dibujos rupestres idénticos circundando la ciudad. En Wyoming, la llamada Medicine Wheel sobre la montaña de Big Horn tiene las coordenadas de Teotihuacán y está ajustada a Aldebarán, estrella de la constelación de Toro. Esa es la segunda finalidad de las marcas: están orientadas hacia las constelaciones celestes, principalmente las Pléyades.
Todo este cúmulo de conocimientos plantea una incógnita lógica: si los mayas estaban familiarizados con la existencia del sol como astro y que la tierra giraba en torno a él, ¿qué sentido tendría ofrecer sacrificios humanos al sol?
Erich Von Däniken sugiere como única respuesta lógica que los conocimientos astronómicos no pertenecían a los mayas, sino a quienes proyectaron la ciudad. Dichos seres anónimos eran adorados como dioses por los primitivos mayas, quienes fueron en realidad los constructores de la ciudad siguiendo los planes concretos e inalterados que les habían sido entregados.
Ocupaba una superficie de 25 Km2 y su población era de 200.000 habitantes, con lo que era más grande que la Roma de los Césares. Su construcción debió comenzar hacia el 300 a.C. y terminó hacia el 600 d.C., cuando se habían levantado unos 2600 edificios importantes.
Lo más extraordinario desde el punto de vista arquitectónico es que durante todo ese tiempo, los constructores se atuvieron estrictamente a un único plan constructivo, unos planos que estaban fijados estrictamente desde el primer momento.
Hacia el año 650 debió sobrevenir una insurrección que tuvo como efecto una violenta destrucción de parte de la ciudad. Se desconoce el motivo de tal rebelión o si fue una invasión exterior, pero de inmediato se emprendió la reconstrucción de los edificios. Por fin, hacia el año 800, la ciudad fue abandonada excepto por algunos grupos de pobladores que terminaron emigrando o muriendo.
En la actualidad, las grandiosas construcciones no pueden dar una idea de lo que fueron en otro tiempo. La pirámide solar tiene unas dimensiones más grandiosas que la de Keops en Gizeh, pero le falta la capa de cal que cubría sus caras de mortero endurecido. Todas las pirámides y templos lucían colores exuberantes.
Hoy faltan los templos en las cumbres de las pirámides, la figura de piedra de tres metros de altura y 22.000 kg. de peso en la pirámide lunar y la recubierta de oro y plata en la solar que fue fundida por los conquistadores españoles.
Hasta 1983 se desenterraron 2.010 bloques de viviendas, dotadas de perfectas conducciones de agua y desagües. El orden de los establecimientos se establecía en función de la especialidad artesanal, entre las que destacaba la cerámica que llegaba incluso a Guatemala.
Los estudios realizados por René Millon mediante el uso de aerofotografías demuestran que la ciudad está claramente dividida en cuatro partes por el Camino de los Muertos y dos grandes calles transversales. 5.000 cuadrículas de distintos tamaños encuadraban las viviendas y los talleres, con calles que se cruzaban, siempre, en ángulo recto.
El ingeniero Hung Harleston hijo descubrió en la planificación de la ciudad una unidad de medida de 1.059 m, llamado hunab. Toda la ciudad está construida según esa medida.
Las pirámides de Quetzalcóatl, la lunar y la solar tienen 21, 42 y 63 hunab de altura, lo que da una proporción de 1:2:3. La arista de la pirámide solar equivale a la 100.000 ava parte del radio polar. Descubrió también cifras equivalentes al número pi y su función (Ludolph) y la cifra que representa la velocidad de la luz.
Troncos de pirámide y plataformas de la Ciudadela responden a los datos orbitales medios de Mercurio, Venus, la Tierra y Marte. Partiendo de la Ciudadela como centro, la posición exacta de cada uno de los planetas de nuestro Sistema Solar viene determinada por alguna construcción importante, algunos de ellos incluso fuera del perímetro de la ciudad.
Este modelo a escala del Sistema Solar incluía los accidentes naturales del paisaje, y fue fijado desde el primer momento, 300 años antes de Cristo. Nuestra civilización no descubrió Plutón hasta 1930, en que fue localizado por Clyde William Tombaugh en Arizona gracias a una búsqueda sistemática con fotografías telescópicas.
Toda la ciudad, con sus avenidas y sus edificios, está orientada con una desviación de 17 grados Este, de forma análoga a otros centros mayas, como Tula, Chichén-Itzá y Mayapán. Dicha desviación fue mantenida luego con las demarcaciones indias y hasta con las construcciones coloniales. La razón de esta desviación es la necesidad de integrar el paisaje en el modelo planetario de la ciudad, de forma que el Cerro Gordo indicara la dirección en que se representaran Neptuno y Plutón. Pero Teotihuacán estaba en ruinas antes de que empezara la construcción de las otras ciudades. ¿Cómo adoptaron el sistema de los 17 grados en lugares distantes 1000 km. en línea recta?
Se han hallado grabados en piedra en cerros y colinas distantes a veces 35 km. de la ciudad orientados en línea recta a la pirámide solar. Se supone que este tipo de marcas forman parte de un entramado que cubre toda Mesoamérica y llegan incluso al Norte de los Estados Unidos y Canadá.
En Durango, situada a 720 km. de Teotihuacán por el norte se han hallado dibujos rupestres idénticos circundando la ciudad. En Wyoming, la llamada Medicine Wheel sobre la montaña de Big Horn tiene las coordenadas de Teotihuacán y está ajustada a Aldebarán, estrella de la constelación de Toro. Esa es la segunda finalidad de las marcas: están orientadas hacia las constelaciones celestes, principalmente las Pléyades.
Todo este cúmulo de conocimientos plantea una incógnita lógica: si los mayas estaban familiarizados con la existencia del sol como astro y que la tierra giraba en torno a él, ¿qué sentido tendría ofrecer sacrificios humanos al sol?
Erich Von Däniken sugiere como única respuesta lógica que los conocimientos astronómicos no pertenecían a los mayas, sino a quienes proyectaron la ciudad. Dichos seres anónimos eran adorados como dioses por los primitivos mayas, quienes fueron en realidad los constructores de la ciudad siguiendo los planes concretos e inalterados que les habían sido entregados.
"El Gran Horned Owl [Mongwa] es mejor conocido por su incesante guerra de los payasos. Como los payasos seguir su pauta habitual de ONU-Hopi-como comportamiento, un único silencio cifra deriva en una esquina de la plaza y ver estos grosero becarios ". "Cuando el próximo payasos aparecen, cada vez más bullicioso en sus acciones, el Búho de nuevo y parece hoots solemnemente. Con cada aspecto que se acerca hasta que termina de hablar con el jefe de payaso que rápidamente culpa a la mala conducta en todos los demás payasos". "Pero en la última ejecución, el Búho se une a otros Kachinas Guerrero. Ellos salto a los payasos, apagar con agua, los golpearon enérgicamente con interruptores de sauce o las hojas de yuca, y les aullidos con remordimiento en un montón en el centro de la plaza ". - Barton Wright, Kachinas: un Hopi de la artista Documental Otra característica de la Owl es la de un mensajero. Él viene para advertir a la aldea y llamarlos al arrepentimiento. Quizás esta es la razón por la que lleva a cabo de esa manera con los payasos - como un símbolo. Él viene para advertirles de las cosas malas que pueden ocurrir si no se vive bien.
Indios Duwamish
Mediados del siglo XIX. Franklin Pierce, presidente de los Estados Unidos de América , también llamado Gran Jefe Blanco de Washington, hace una oferta al Gran Jefe Indio por una gran extensión de tierras indias, prometiendo crear una "reserva" para el pueblo indígena. Esta es la respuesta del Gran Jefe Indio de la tribu Suwamish, "la declaración más bella y más profunda jamás hecha sobre el medio ambiente":
La carta del indio Seattle
¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento, ni aún el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida. Si no somos, dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿Cómo podrán ustedes comprarlos? Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo, cada brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío en los bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto es sagrado a la memoria y al pasado de mi pueblo. La savia que circula por las venas de los árboles lleva consigo las memorias de los pieles rojas. Los muertos del hombre blanco olvidan de su país de origen cuando emprenden sus paseos entre las estrellas; en cambio, nuestros muertos nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra, puesto que es la madre de los pieles rojas. Somos parte de la tierra y asimismo, ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el venado, el caballo, la gran águila; éstos son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia.
Por todo ello, cuando el Gran Jefe de Washington nos envía el mensaje de que quiere comprar nuestras tierras, nos está pidiendo demasiado. También el Gran Jefe nos dice que nos reservará un lugar en el que podamos vivir confortablemente entre nosotros. El se convertirá en nuestro padre y nosotros en sus hijos. Por ello consideramos su oferta de comprar nuestras tierras. Ello no es fácil ya que esta tierra es sagrada para nosotros. El agua cristalina que corre por ríos y arroyuelos no es solamente el agua sino también representa la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos tierras, deben recordar que es sagrada y a la vez deben enseñar a sus hijos que es sagrada y que cada reflejo fantasmagórico en las claras aguas de los lagos cuenta los sucesos y memorias de las vidas de nuestras gentes. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre. Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed, son portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras ustedes deben recordar y enseñarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también lo son suyos y, por lo tanto, deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a un hermano.
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. El no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga y una vez conquistada sigue su camino, dejando atrás la tumba de sus padres sin importarle. Le secuestra la tierra a sus hijos. Tampoco le importa. Tanto la tumba de sus padres como el patrimonio de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano, el firmamento, como objeto que se compran, se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores. Su apetito devorará la tierra dejando atrás sólo un desierto. No sé, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes. La sola vista de sus ciudades apena los ojos del piel roja. Pero quizás sea porque el piel roja es un salvaje y no comprende nada.No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar como se abren las hojas de los árboles en primavera o como aletean los insectos. Pero quizás también esto debe ser porque soy un salvaje que no comprende nada. El ruido parece insultar nuestros oídos. Y, después de todo ¿para qué sirve la vida si el hombre no puede escuchar el grito solitario del chotacabras (aguaitacaminos) ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un estanque? Soy un piel roja y nada entiendo. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con aromas de pinos. El aire tiene un valor inestimable para el piel roja ya que todos los seres comparten un mismo aliento - la bestia, el árbol, el hombre, todos respiramos el mismo aire. El hombre blanco no parece consciente del aire que respira; como un moribundo que agoniza durante muchos días es insensible al hedor. Pero si les vendemos nuestras tierras deben recordar que el aire no es inestimable, que el aire comparte su espíritu con la vida que sostiene. El viento que dio a nuestros abuelos el primer soplo de vida, también recibe sus últimos suspiros. Y si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben conservarlas como cosa aparte y sagrada, como un lugar donde hasta el hombre blanco pueda saborear el viento perfumado por las flores de las praderas.
Por ello consideramos su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondré condiciones: El hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. He visto a miles de búfalos pudriéndose en las praderas, muertos a tiros por el hombre blanco desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como una máquina humeante puede importar más que el búfalo al nosotros matamos sólo para sobrevivir. ¿Qué seria del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, el hombre también moriría de una gran soledad espiritual; porque lo que le suceda a los animales también le sucederá al hombre. Todo va enlazado.
Deben enseñarles a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos. Inculquen a sus hijos que la tierra está enriquecida con las vidas de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus hijos que nosotros hemos enseñado a los nuestros que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a si mismos. Esto sabemos: La tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos, todo va enlazado, como la sangre que une a una familia. Todo va enlazado. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; él es sólo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a sí mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él de amigo a amigo, no queda exento del destino común.
Después de todo, quizás seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa que quizás el hombre blanco descubra un día: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes pueden pensar ahora que Él les pertenece lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan; pero no es así. Él es el Dios de los hombres y su compasión se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco. Esta tierra tiene un valor inestimable para Él y si se daña se provocaría la ira del Creador. También los blancos se extinguirían, quizás antes que las demás tribus. Contaminen sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus propios residuos. Pero ustedes caminarán hacia su destrucción rodeados de gloria, inspirados por la fuerza del Dios que los trajo a esta tierra y que por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja. Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos porqué se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el paisaje de las exuberantes colinas con cables parlantes. ¿Dónde está el matorral? Destruido. ¿Dónde esta el águila? Desapareció. Termina la vida y empieza la supervivencia.
Tags: duwamish, nativos, america
Gran sabiduria la de los Indios Swamish
Primera Profecía
El mundo de odio y materialismo terminará el sábado 22 de de diciembre del año 2012 y con ello el final del miedo, en este día la humanidad se tendrá que escoger entre desparecer como especie pensante ,
que amenaza con destruir el planeta o evolucionar hacia la integración armónica con todo el universo, comprendiendo y tomando conciencia de todo esta vivo y que somos parte de ese todo y que podemos existir en una nueva era de luz. La primera profecía nos dice que a partir de 1999 nos quedan 13 años, para realizar los cambios de conciencia y actitud para desviarnos del camino de destrucción por el que avanzamos, hacia uno que abra nuestra conciencia y nuestra mente para integrarnos con todo lo que existe. Los Mayas sabían que nuestro sol es un ser vivo que respira y que cada cierto tiempo se sincroniza con el enorme organismo en el que existe, que al recibir un chispazo de luz del centro de la galaxia brilla mas intensamente, produciendo en la superficie lo que nuestros científicos llaman erupciones solares y cambios magnéticos, ellos dicen que esto sucede cada 5125 años, que la tierra se ve afectada por los cambios en el sol mediante un desplazamiento de su eje de rotación, y predijeron que a partir de ese movimiento se producirían grandes cataclismos, para los mayas los procesos universales como la respiración de la galaxia son cíclicos y nunca cambian, lo que cambia es la conciencia del hombre que pasa a través de ellos, siempre en un proceso a la perfección Los Mayas predijeron que el sábado 22 de diciembre del 2012 el sol al recibir un fuerte rayo sincronizador proveniente del centro de la galaxia cambiará su polarización y producirá una gigantesca llamarada radiante. Por ello la humanidad deberá estar preparada para atravesar la puerta que nos dejaron los mayas, transformando a la civilización actual basada en el miedo en una vibración mucho más alta de armonía, solo de manera individual se puede atravesar la puerta que permite evitar el gran cataclismo que sufrirá el planeta para dar comienzo a una nueva era, en un sexto ciclo del sol.
y con el planeta donde vive.
Una época para que toda la humanidad por decisión
conciente de cada uno de nosotros
decida cambiar, eliminar el miedo y
la falta de respeto de todas nuestras relaciones. siente en lo mas hondo de tu corazon
cualquier injusticia que se cometa
sobre cualquier ser humano
sobre la faz de la tierra
en cualquier lugar
pachamama gaia
revolucion evolutiva
ser guerrero jaguar de la sabiduria
del poder.
Una época para que toda la humanidad por decisión
conciente de cada uno de nosotros
decida cambiar, eliminar el miedo y
la falta de respeto de todas nuestras relaciones. siente en lo mas hondo de tu corazon
cualquier injusticia que se cometa
sobre cualquier ser humano
sobre la faz de la tierra
en cualquier lugar
pachamama gaia
revolucion evolutiva
ser guerrero jaguar de la sabiduria
del poder.
This is the End...RelampagoIndio
HOXZIONJOONZENKETZALVULCANKATCHINAAMARIlla
....losindiossolgalacticosjaguar
....losindiossolgalacticosjaguar
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